Nos escribí una
historia en la que nos encontrábamos en un punto intermedio entre el cielo y la
tierra.
Donde éramos
capaces de amarnos hasta perdernos, siempre con la finalidad de volver a
encontrarnos hasta olvidarnos. Siempre esperando que todo se sintiera igual,
igual que como nunca antes se había sentido.
Nos escribí una
historia en la que éramos sin ser nada, en la que nos entregábamos sin dar
nada. En la que nunca perdíamos porque, ante todo, se ganaba.
Nos escribí una
historia en la que nos volvía a sentir completamente entregados el uno al otro,
completamente ajenos el uno del otro.
Nos escribí una
historia que fue la muestra perfecta de la dualidad que viven nuestras almas
entre el amor absoluto y no sentir absolutamente nada.
Hermoso simplemente hermoso
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